lunes, 15 de febrero de 2010

EL BUEN ROLLO NO TIENE FRONTERAS


Es un signo de esperanza que el buen rollo triunfe sobre el mal rollo. Buen rollo es el que se exhibió ayer en la gala de los premiso Goya de cine. Buenas películas compitiendo, buenos actores y actrices, buenos profesionales en general, y un muy buen presentador, consiguieron un récord de audiencia televisiva de la retransmisión de la gala. Aunque, a mi entender, faltaban nominaciones a películas excelentes, como el Mapa de los Sonidos de Tokio, de Isabel Coixet, y sobraban nominaciones a pelis que nadie ha visto y que se cuelan siempre entre las designadas por la Academia para acudir a los Oscars (y no resultan elegidas...).

"Chapeau" para Álex de la Iglesia, "chapeau" para Penélope, para Bardem, y un gran "chapeau" para Almodóvar. ¿Almodóvar se ha reconcialiado con la Academia? No tengo ni idea, pero su presencia ayer, en el final de la gala, tuvo un sabor muy dulce. Vale que el ego y las pataletas (en mi opinión, justificadas) de los genios se contraponen a veces al sentido común y a las buenas maneras. Almodóvar se ha sentido durante años malquerido por sus colegas españoles. Pero el gesto de ayer se debió, sin duda, a ese buen rollo al que me refería. Vivan la madurez y el entendimiento, viva el talante de Álex (sin duda, el artífice del acontecimiento) y de muchas otras gentes del cine. Olé por Bardem, que apareció al lado de Penélope, dejando de lado el cansino juego del escondite al que nos han sometido durante casi tres años.

Hurra por el premio a Mercero, y por el glamour desplegado por actores y actrices con vestimentas despampanantes y maquillajes impecables. Y doble hurra por la Sardá y por el buen hacer de Buenafuente, sobrio, gracioso, y a punto de caramelo.

¿Pero por qué decimos amor cuando queremos decir sexo?¿ Cuál es la causa de los eternos lamentos acerca del cine español, de sus carencias, de la crisis en que está sumido, de su futuro incierto? Precisamente ayer se habló mucho del récord de espectadores del 2009, de la presencia de nuestras pelis, con premios incluídos, en numerosos certámenes internacionales; del apoyo importante de las televisiones hacia la industria del cine, del surgir constante de nuevos y prometedores directores y directoras, actores y actrices con talento, productores atrevidos, y técnicos que se codean con los mejores del mundo?

De verdad, que viva el buen rollo. Las riñas, los piques, los cónclaves, no nos llevarán a ninguna parte. El optimismo, la amistad y el coleguismo bien entendido, en cambio, nos hizo disfrutar de una gala de los Goya que nos dejó un muy buen sabor de boca.

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