domingo, 15 de mayo de 2011

EL LÍO DE STRAUSS-KAHN


Han arrestado a Dominique Strauss-Kahn, director del FMI, por un presunto delito de detención ilegal e intento de violación de una camarera de habitación de un lujoso hotel de Nueva York. Es el escándalo del día, titular destacado de todos los medios informativos mundiales. En Francia, la noticia ha causado estupor y un gran desconcierto en toda la clase política, sobretodo en el seno del Partido Socialista, que quería proponerlo como candidato para disputarle la presidencia del país a Sarkozy en las elecciones generales del año que viene, porque las encuestas ya le daban una cómoda ventaja sobre el actual presidente francés.

Voy a hacer lo que han hecho todos los políticos galos, de momento (a ver cuánto tardan en abrir fuego): apelar a la contención para no juzgar prematuramente los hechos hasta que se verifiquen de forma fidedigna, y defender la presunción de inocencia de este señor. Si al final se confirman los delitos de los que se le acusa, exigiremos que se le aplique con el máximo rigor el castigo que prevé la ley americana. Aunque sea el capitoste del FMI, al parecer DSK (como se le denomina en los medios franceses) no goza del tipo de inmunidad diplomática que tienen los embajadores y los jefes de estado, según fuentes del Elíseo, pero la cuestión la está estudiando a fondo la embajada francesa en los Estados Unidos. Lo que se quiere dilucidar es cómo aplica Washington la inmunidad diplomática a los dirigentes de las grandes instituciones internacionales instaladas en suelo norteamericano; por lo visto, el FMI tendría un estatus ambiguo, similar al de un banco.

Hay algo raro en todo este asunto, algo que no cuadra. ¿Cómo es posible que este hombre, director del FMI, aspirante con posibles a presidir la República Francesa, que mora buena parte de sus días en los hoteles más lujosos de todo el mundo (su suite en Nueva York costaba 3.000 dólares la noche), se abalanzase sin más ni más sobre una camarera que acababa de entrar en la habitación y la agrediera sexualmente no una, sino dos veces (primero en el dormitorio, luego en el baño)? Por su rango y por sus aspiraciones, DSK sabe perfectamente que cualquier acto suyo se observa no ya con lupa, sino también con telescopio. No es un incauto ajeno a los tejemanejes y a las zancadillas que proliferan en el mundo de la política, puesto que fue ministro de finanzas durante el gobierno de Lionel Jospin. De hecho, el mismo DSK denunció hace unos días que estaba en marcha una campaña para desprestigiarle, después de que France Soir le sacara en portada subiéndose con su mujer a un Porsche último modelo (¡un socialista que tiene un Porsche!) delante de su casa; después se supo que el Porsche no era suyo, sino de un amigo. Aunque, al parecer, sí es cierto que este señor posee unos gustos refinados y que le gusta disfrutar de los lujos que tiene a su alcance. Que yo sepa, esto no es ningún delito, y no me extraña en absoluto tratándose nada más y nada menos que del director del FMI.

He seguido la noticia de la detención en los periódicos españoles más importantes, en The New York Times, y en Le Monde, y en la mayoría de ellos se alude, con un cierto deje conservador, a la relación extramarital que SDK mantuvo en 2008 con una economista húngara del FMI adscrita al área de África, y por la cual el organismo financiero le abrió un expediente (porque técnicamente la supuesta amante era su subordinada). El resultado fue que se le exoneró de cualquier abuso de autoridad al demostrarse que se trató de una relación consentida, pero, en fin, él tuvo que excusarse públicamente ante el FMI y ante su mujer (la tercera), diciendo que todo se había debido a "un error grave de juicio". A pesar de todo, el comité directivo del FMI calificó de "lamentables" las acciones de su director gerente. ¿Por qué? ¿Por tener un lío en el trabajo? ¿Es "lamentable" tener un lío en el trabajo? A mi entender, sólo lo es a ojos de su señora esposa, la única a quien tendría que rendirle cuentas el marido infiel. Lo demás son moralinas innecesarias que en nada deberían atañer a los jerifaltes del FMI. El código de conducta de esta institución para sus funcionarios internacionales les exige respetar la ley y "seguir las normas más elevadas de comportamiento ético, conformes a los valores de integridad, imparcialidad y discreción". ¿Es ético o no tener un lío en el trabajo? Insisto: si es una relación consentida, la cuestión no tiene nada que ver con la ética o con la moralidad; en todo caso, cada cual lo juzgará según sus propios valores. Por lo tanto, para mí, el antecedente de este affaire no justificaría, sin más, que ahora ya se le considere culpable de antemano. Ahora bien, vuelvo a insistir: si finalmente se demuestra que DSK es culpable de haber intentado violar a la camarera, a la cárcel, al infierno con él, puesto que entonces sí que habría quebrantado varias leyes e incumplido todos los códigos éticos y morales habidos y por haber.

Otro detalle que parece inculpar directamente al director del FMI: su huida precipitada del hotel, en cuya habitación olvidó el móvil y otras pertenencias. Si es culpable, se explica perfectamente: un salido descomunal comete la mayor torpeza (políticamente hablando) de su vida, pierde la cabeza e intenta violar a la mujer que le limpia la habitación y, cuando ésta escapa, se da cuenta de que su fechoría le va a costar la vida y sale pitando sin mirar atrás. Si no es culpable, también se explica: cree que alguien le ha tendido una trampa, que van a por él y que no se andarán con chiquitas para acabar con él (de hecho, en varios medios se alude veladamente a la supuesta mano negra de Sarkozy, y todos sabemos que Sarkozy no se anda con chiquitas a la hora de conseguir sus objetivos); la única posibilidad de afrontar lo que se avecina es salir pitando y abordar cuanto antes ese vuelo que lo devolverá a su querida patria , a Francia, donde, sin duda, gozará de una situación más cómoda para aguantar lo que le echen.


Pero no salió bien. La policía actuó muy rápidamente y actualmente el señor DSK está detenido en una comisaría de Harlem. Al leer esto, no he podido evitar rememorar aquel maravilloso libro de Tom Wolfe, "La hoguera de las vanidades", en la que un riquísimo neoyorquino se equivoca de salida en el periférico, atropella a un hombre de color en Harlem, y pasa la noche detenido en la comisaría del barrio entre putas y macarras, situación que, aparte de provocarle auténtico terror, le parece absolutamente irreal. Igual de irreal le debe de parecer a SDK, sobretodo en los primeros momentos, cuando, desprovisto de móvil, no sabría a quién llamar para que acudiera en su socorro. Pero no se inquieten, que los servicios consulares se pusieron rápidamente en marcha y contactaron con dos prestigiosos abogados, que ya han dicho que el acusado se declarará mañana no culpable de los delitos de que le acusan. Empezará así el show judicial.


En todas las crónicas que he consultado se dan muy pocos detalles de la camarera presuntamente agredida; sólo se dice que tiene 32 años, que tras huir de las garras de DSK buscó la ayuda y el consuelo de sus compañeros, y que la llevaron al Roosevelt Hospital, donde la trataron de "lesiones menores". Si realmente fue agredida, ¡qué mal trago y qué miedo debió pasar! Y qué terrible, para ella, convertirse de la noche a la mañana en la mayor víctima a nivel planetario. Por suerte, la presunta violación no se llegó a consumar y se quedó sólo en intento, pero aún así el trauma será enorme, por el hecho en sí y por el inmenso eco mediático que tiene y que tendrá. Todo se aclarará a su debido tiempo, porque la policía ya ha dicho que el CSI de turno recogió material forense en la habitación que contendría ADN.

Enfin, lo único que está claro de momento es que la carrera política de DSK está finiquitada, aunque, si lo echan finalmente del FMI, no deberá temer por su futuro económico ya que su contrato prevé una indemnización equivalente al 60% de su sueldo anual. Y una vez deje la política, y bien pertrechado de dineritos, podrá por fin disfrutar sin remordimiento de los bólidos, del caviar que al parecer tanto le gusta, y de cualquier lujo asiático. No sabemos si lo hará o no acompañado de su mujer, la periodista televisiva neoyorquina de origen francés Anne Sinclair, que le perdonó los cuernos en 2008 y que hoy ha dicho creer en la inocencia de su marido. Todo esto, por supuesto, siempre y cuando la justicia no lo declare culpable y, en vez de las mejores ostras del mercado, se vea condenado a ingerir durante años el rancho carcelario.


Aunque, como bien señala un avispado comentario enviado por un lector de Le Monde, si el FMI goza de un estatus ambiguo, similar al de un banco, entonces DSK no debe preocuparse porque, ¿quién ha visto nunca a un banquero ir a la cárcel en los Estados Unidos?

1 comentario:

  1. Evidentemente hay por lo menos dos cosas muy claras: que el señor DSK (vamo seguir con las iniciales) es de gustos refinados - suites de 3000 $ la nochje - y que le gustan mas las mujeres que un caramelo a un crio, aparte de que si este tio representa el socialismo, aviados vamos.
    Por otra parte, coincido con la autora del articulo en todo este montaje. Es evidente, con todos los respetos a la camarera, que, aunque en el mejor de los casos, fuera una relacion consentida, el señor DSK está haciendo uso de su posición de dominacion, y no dejaria de ser un acto de fuerza contra una persona, y que se monte toda esta historia por esto, cuando este personaje lleva jodiendo a la humanidad (niños incluidos) cuatro años, es cuando menos una perversida

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