miércoles, 10 de marzo de 2010

UN POQUITO DE POR FAVOR...



Tendré que dejar de mirar TV3. Es una de mis cadenas preferidas, junto con la Sexta y con el programa de humor Muchachada Nui, que va saltando de aquí para allá. En TV3 miro los informativos y los programas de humor. Pero la publicidad que inserta la cadena está acabando conmigo. Como digo, miro los programas de humor allí donde se emitan, porque he decidido que no me puedo acostar sin una ración razonable de carcajadas cada día.

Pero TV3 me desanima. Al parecer, su audiencia debe encontrarse en la franja "gente madura", "de mediana edad" o "abocada a la tercera edad". Y, consecuentemente, la publicidad de sus programas tiene como "target" a la gente que empieza a orinarse encima, a los que se están quedando sordos y a los que, por su edad, sufren percances físicos denigrantes.

Además, las mujeres, como siempre, se llevan la peor parte. Ejemplo: anuncios de compresas que controlan el olor de las "pérdidas de orina"; de yogures y otros artículos de consumo que previenen la osteoporosis y mejoran el tránsito intestinal; fijadores de dentaduras postizas que saltan sin la menor vergüenza en las montañas rusas; todo tipo de cremas que ayudarán a eliminar la flacidez y las arrugas (mentira podrida), etcétera. Los hombres también tienen sus cosas: no oyen, necesitan elevadores para subir escaleras, ofertas para que sus gafas les salgan a mejor precio, tintes para el pelo y remedios para la calvicie, y muchas cosas más.

Total, que no soporto las interrupciones publicitarias de TV3. El contenido es patético y lamentable. Ya sé que todos estamos abocados a la vejez, pero me niego a que me lo recuerden cada 15 minutos. Estoy en una edad delicada, pero sigo sana y fuerte, con ganas de hacer cosas, y no quiero estar todo el día mirándome al espejo y vaticinando el desastre que sin duda afectará a mi dentadura, a mis músculos perineales y a mis tímpanos, a mis intenstinos y a mis huesos.

Por cierto: con tantas cosas malas que tienen los norteamericanos, quisiera destacar una de las cosas buenas, y es la falta de prejuicios que tienen a la hora de mezclarse unos con otros, y me refiero a la edad. Ves de todo: hombres mayores con mujeres jóvenes, mujeres maduritas con jovencitos, y fiestas a las que acuden veinteañeros junto a cincuentones, sesentones, septuagenarios y octagenarios. El sábado pasado acudí a un party en Nueva York para festejar los 50 años de una pareja de madrileños artistas que viven allí, y doy fe de que los que más bailaron tenían de 50 para arriba, con mucho ritmo y mucho salero. No sé si las damas usaban Tena Lady y los caballeros ajustaron bien sus receptores auriculares, pero les aseguro que lo pasaron la mar de bien.

1 comentario:

  1. Inocentona, inocentona. Según algunos se ha suprimido la publicidad en la TVE para que así las demás, que andan renqueantes, tengan más ingresos. Los gastos de TVE ya los pagamos todos. A mí me gusta mucho la Sexta y mañana no me pierdo la Fórmula 1. Los de esa cadena lo hacen de coña.

    En cuanto a bailar, nunca asido lo mío. No sé ni bailar el R&R

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