lunes, 22 de junio de 2009

LARSSON


Debo de ser muy rara: no me gusta la literatura de Stieg Larsson. Casi me da vergüenza decirlo, pero es así. Leí el primer libro de su famosa trilogía Millenium, y la verdad es que lo dejé a la mitad y reemprendí la lectura al cabo de unos meses. Me pareció muy frío y desalmado. Total, que no me quedaron ganas para leer el segundo volumen.

Y ahora se ha publicado, con gran estrépito, el tercero. Ha sido un acontecimiento editorial mundial. En España, el día de su llegada a las librerías, se vendió un ejemplar por minuto. No sé, dicen que el autor lleva vendidos 40 millones de libros. Ahí es nada. Lástima que él muriera justo antes de su éxito planetario.

¿Quién se queda con el dinero obtenido a raíz de este "boom"? Los padres y el hermano del autor, con los cuales casi no mantenía relación. Se han convertido en multimillonarios. En cambio su compañera durante 32 años, Eva Gabrielson, no ha visto un centavo porque, al no estar casados, no se la considera su heredera. Así son las cosas en la moderna y avanzada Suecia.

¿Tendrá esto algo que ver con el hecho de que no me gustara el libro? Seguramente sí, seguramente mi inconsciente me dice que no debería cebar aún más las jugosas cuentas bancarias de los parientes legales de Larsson. Eva Gabrielson mantiene una batalla judicial para que se le reconozca su derecho a obtener parte de los beneficios devengados por la obra de Stieg. Mientras la cosa no se solucione, creo que no compraré ni leeré la trilogía completa. Y si alguno de ustedes quiere hacer algo más, puede consultar la web www.supporteva.com

1 comentario:

  1. Es curioso. Resulta que la gente no lee (tampoco es necesaria ninguna encuesta para demostrarlo, basta con pararse a ver la conciencia cívica del colectivo), pero con un poco de publicidad aquí y allá y algo de morbo telediario sobre el autor, el metro se llena de libros del coleguilla sueco.
    Me dice un aficionado a la lectura: mejor leer esto, que no leer nada. No lo tengo muy claro.

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