domingo, 1 de marzo de 2009


Algunos días te caen encima como una losa. Me ha pasado hoy, cuando he recibido la noticia de la muerte de Pepe Rubianes. Actor y director de teatro iconoclasta ( según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: "Se dice de quien niega y rechaza la merecida autoridad de maestros, normas y modelos"), era un hombre inteligente y sensible que, a mí particularmente, me proporcionó muchísimos momentos de alegría y felicidad con su presencia sobre los escenarios. Pepe me hacía reír, reír con ganas y a sabiendas de que me reía con chistes y juegos de palabras inteligentes, trabajados, buscados e investigados a consciencia. Pepe no vivía de los flashes, vivía de pasear y de hablar con los clientes del bar de la esquina, de leer los periódicos y de repasar la historia en libros y bibliotecas. Era un crack cuando no existían los cracks. Fue un monologuista excepcional cuando no existían los monologuistas. Fue un artista "galaico-catalán", como se definía a sí mismo, porque nació en Galicia aunque nunca vivió allí, y porque vivió en Catalunya aunque nunca nació aquí.


Pepe era tímido y se sabía fuera del mundo. De cierto mundo. En sus espectáculos, se metía con los fascistas, con los casados, con los bancos. Él iba a su bola. Y se ha ido a su bola, sin recibir a amigos y conocidos. En una última conversación, insistía en reponer "Lorca éramos todos", una obra maravillosa. No ha podido ser. Pero nos queda "Rubianes solamente", uno de sus éxitos más clamorosos. Y la Barceloneta que él amó. Y el humo del tabaco que le ha matado.


Me reconforta lo que he leído en internet, en algunos de los comentarios que deja la gente en páginas imposibles: "Gracias, Pepe, gracias por todo". Que la gente se despida de ti dándote las gracias, es mucho. ¿No?

1 comentario:

  1. NO LO CONOCIA MUCHO COMO ACTOR, LO RECUERDO VAGAMENTE EN ALGUNA SERIE DE TELEVISION.SE QUE HA MUERTO RELATIVAMENTE JOVEN. LO SIENTO POR TODOS LOS QUE LO QUERIAIS

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