jueves, 14 de mayo de 2009
TO BE OR NOT TO BE BERNIE MADOFF:ÉSA ES LA CUESTIÓN
Mejor no ser Bernie Madoff en estos momentos. Ya saben, el gran inversor estafador de los Estados Unidos que presuntamente ha robado a sus clientes alrededor de 50.000 millones de dólares. Mejor no estar en su piel, ni en los huesitos que la sostienen, porque sin duda este hombre finalizará su trayectoria vital en la cárcel, cuando no en un psiquiátrico.
Bernie ha aparecido en diversos medios de comunicación de nuestro país a raíz de la noticia de esta gran estafa (ríanse ustedes del atraco al tren de Glasgow...), pero aquí muy pocos saben realmente quién es Bernie y lo que representaba. Los que sí lo sabían están ahora mismo en la ruina, y se trata nada más ni nada menos que de los grandes millonarios americanos, sobretodo los de ascendencia judía. Durante 40 años, Bernie y su empresa radicada en Wall Street los ha toreado a todos. Estafó a todos y a cada uno de ellos con una estructura piramidal que, al final, se derrumbó cual castillo de naipes, que es lo que era en realidad. Los inversores lo han perdido todo, algunos de ellos cientos o miles de millones. "Lo que no hizo el Holocausto, lo ha hecho él", ha declarado a la revista Vanity Fair una viuda de Palm Beach acostumbrada a un gran tren de vida, que ahora se ve obligada a malvender lo que le queda y a mudarse a vivir con su hija.
No sólo han perdido los judíos millonarios. Ellos, como buenos ciudadanos americanos preocupados por sus impuestos, invertían cantidades estratosféricas en filantropía. De un día para el otro, concretamente desde el 11 de Diciembre del año pasado (día de la detención de Bernie), se quedaron sin fondos múltiples fundaciones, departamentos de atención e investigación hospitalaria, y causas culturales y solidarias muy diversas.
Es cierto que no se puede comparar la penuria de estos estafados con la de los mineros chinos, por ejemplo, pero el hecho en sí da qué pensar. Bernie, ¿dónde tenías la cabeza? ¿Valía la pena tener que pasar por el terrible momento de confesarles a tus hijos (directivos de la empresa) que "todo era una gran mentira", un día antes de que te detuvieran los federales?
Menos mal que este hombre no volverá a pisar la calle. El odio, el rencor y los deseos de vengaza de centenares de poderosos no le permitirían dar un paso. Uno no sale así como así de una cosa como ésta.
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